“En la oscuridad puedo colgar en las paredes de mi mente lienzos de colores, en la soledad puedo ver quién soy bajo la piel"
Beatriz y los cuerpos celestes

viernes, 22 de febrero de 2013

Tu momento

Hasta hace más o menos un año, cuando las cosas no me iban demasiado bien, solía escribir sobre lo triste que me sentía. Que si todos los días son iguales, que si estoy cansada de todo, que si ojalá que todo cambie cuanto antes. Me lamentaba continuamente. De hecho, escribir mis penas era una de las pocas cosas que realmente me aliviaban. Y  pensando en esto he llegado a la conclusión de por qué no reflexionar sobre cómo me va a ahora, sí, ahora. Justo en este momento de mi vida en el que creo que las cosas van mejor.

De las malas experiencias aprendes a valorar lo bueno de la vida, eso está claro. Empezar la Universidad ha sido una de las mejores cosas que me han pasado en mucho tiempo: conocer gente nueva, más libertad en el estudio, nuevas responsabilidades y un entorno en el que me siento mejor, más comprendida y valorada. Cuando lo estás pasando realmente mal piensas que tu mala suerte no se acabará jamás. Te das cuenta de que los días pasan uno tras otro, fugaces, sin pena ni gloria. Esperas a que suceda algo nuevo, algo extraordinario que cambie tu vida radicalmente. Y aún cuando el poder de cambiar tu situación personal también está en tu mano, no es menos cierto que en ocasiones son las circunstancias las que nos plantean ciertas dificultades, las que nos impiden alcanzar lo que más deseamos; en definitiva, ser felices.

A mí no me hace falta demasiado para ser feliz, porque creo que ahora sí sé valorar lo que tengo. Se pasa muy mal cuando crees que tu situación no va a cambiar nunca, cuando te sientes sola, perdida. Pero ahora sé que el cambio es posible, que ahí fuera hay gente con la que puedo contar, gente que verdaderamente se interesa por lo que digo, que me comprende y me apoya. Y eso... eso es un tesoro. No sé, por primera vez en mucho tiempo quiero ser totalmente sincera en este blog, aún a riesgo de delatarme a mí misma. He sufrido durante muchos años la incomprensión de ese alumnado prepotente y cruel que se siente con derecho de insultar, menospreciar y humillar al más débil, a aquél que pese a sus difíciles circunstancias personales se levanta cada mañana con el único objetivo de estudiar y hacer las cosas de la mejor manera posible. Yo tenía doce, trece, catorce años... pero tenía obligaciones que no se correspondían con mi edad. Yo no podía salir un viernes con mis amigas a tomar algo, porque no tenía dinero. No podía irme de viaje durante las vacaciones, ni me compraba ropa nueva, y tuve que dejar las clases de Inglés porque era imposible seguir pagándolas. Yo no tenía móviles de última generación, ni cámaras de fotos, ni me reía de la vida como lo hacían el resto de niñas de mi edad. Yo pasaba los veranos enteros en Almería, donde siempre, y tenía un par de jerséys y dos vaqueros. Sustituí la Oxford Indálica por las obligadas clases de Matemáticas, y me encerraba en mi cuarto a estudiar porque sabía que mis padres no podrían asegurarme un futuro. Y, sobre todo, tenía que enfrentarme cada día a una manada de impresentables que me amargaban la existencia continuamente.

Por suerte todo eso ha quedado atrás, y yo prefiero quedarme con los escasos buenos momentos de esos años. Ahora estudio Filología Inglesa, sí tengo amigos de verdad con los que poder contar y mi situación personal ha cambiado radicalmente. ¿Por qué cuento todo esto? Porque si hace unos años, cuando me encontraba tan perdida, hubiese leído el testimonio de alguien que hubiese pasado por una experiencia similar tal vez me hubiera sentido mejor; tal vez hubiera conservado la esperanza y mi camino no hubiera sido tan espinoso. Por eso quiero contarlo, proclamarlo desde este espacio. El acoso escolar tiene muchas caras; a veces los insultos y las palabras hirientes hacen más daño que una patada o un empujón, porque minan a diario tu voluntad y te hacen más débil. A mí nunca me levantaron la mano, pero me tenían moralmente hundida, de eso estoy segura. Yo busqué ayuda en mis profesores, pero ninguno fue capaz de implantar un castigo o cualquier otra medida lo suficientemente efectiva como para cortar el problema de raíz. 

Por eso, si tú lo estás pasando mal, si estás en una situación similar y no sabes qué hacer, busca ayuda y TEN ESPERANZA. Quizás ahora mismo pienses que nadie puede ayudarte y que tu problema puede durar eternamente. Quizás incluso llegues a creerte de alguna manera las cosas tan horribles que te dicen, pero no les hagas caso, NO LES CREAS, porque eres más fuerte que todos ellos. Yo sé que es posible salir adelante, superar los miedos del pasado y ser feliz. Así que ten por seguro que tarde o temprano tú también lo serás, porque te lo mereces. Te doy mi palabra.

Y si este testimonio no fuera suficiente para hacerte sentir un poco mejor, para inyectar un poco de esperanza en tí, te dejo este maravilloso artículo de Arturo Pérez-Reverte que me ayudó en mis momentos más difíciles. Seguro que a tí también te ayudará. Cito el primer párrafo, que me parece especialmente significativo:

"Todo el mérito es tuyo; tienes mi palabra de honor. Quizá el botín de tan larga campaña -y lo que te queda todavía- no sea lo dorado y brillante que uno espera cuando la inicia, a los doce o trece años, con los ojos fascinados de quien se dispone a la aventura. Pero es un botín, es tuyo, es lo que hay, y es, te lo aseguro, mucho más de lo que la mayor parte de quienes te rodean obtendrán en su miserable y satisfecha vida. Tú has abordado naves más allá de Orión, recuerda. Tienes la mirada de los cien metros, esa que siempre te hará diferente hasta el final. Fuiste, vas, irás, esos cien metros más lejos que los otros; y durante la carrera, hasta que suene el disparo que le ponga fin, habrás sido tú y habrás sido libre, en vez de quedarte de rodillas, cómoda y estúpida, aguardando".

Quizás mi historia es sólo una más de las muchas que desgraciadamente existen, pero ahora que estoy más tranquila me ha parecido necesario contarla, porque es importante que se sepa que muchos chicos y chicas pasan y han pasado por esto.

La vida puede ser muy injusta, pero también muy bonita. Tu momento llegará.

Mil besos.

Mar


16 comentarios:

  1. ay, pequeña... reconozco que me muero de ternura cuando te leo. y eso es horrible, porque me siento una abuela cebolleta, pero eso no es tu culpa, obviamente.
    mira, sé que a ti ahora esto te va a sonar a chino, pero todo pasa. ten una cosa presente, que el momento en el que estás, sea bueno o malo, también pasará. así que relativiza lo malo y aprovecha al máximo lo bueno. porque ahí está la gran enseñanza de la vida.
    yo también fui una niña amargada y acosada por unos compañeros de colegio hijos de puta. pero aquello pasó y quedó muy lejos. y ya no me duele, no me importa. ya no.
    y luego pasé momentos maravillosos, los años universitarios fueron de los mejores que he vivido. pero pasaron también y me dejaron recuerdos felices que me dan fuerzas cuando estoy de bajón.
    y ahora tengo rachas, como todo el mundo, pero sobre todo he aprendido a encontrarme a mí misma.
    a ti aún te queda mucho por delante, pero vas por buen camino. así que confía en ti misma, camina despacio, aprende y atesora cada segundo bueno, dejando que los malos se vayan pronto.
    la vida puede ser injusta, puede ser maravillosa, puede ser tantas cosas... vívelas todas y disfruta de todas ellas.
    y ya, que me pongo en modo abuela filósofa y no me molo nada cuando lo hago.
    Un besazo!!

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. No me canso de aprender de vosotros, eso que has escrito es toda una lección de vida! Ten por seguro que nunca, nunca la voy a olvidar. Un besazo y mil gracias por tus palabras :D

      Eliminar
  2. Buena entrada. Dicen que Dios aprieta pero no ahoga, sin embargo no es menos cierto que hay quienes han llegado hasta acabar con su vida víctimas del bullying. Es una pena, porque tú eres la prueba viviente (nunca mejor dicho) de que siempre hay luz al final del túnel.

    Besos.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Siempre existe esa luz al final del túnel, pero en los peores momentos es muy difícil vislumbrarla. El acoso escolar es una realidad que hay que denunciar, porque es más frecuente de lo que imaginamos.

      Un beso!!

      Eliminar
  3. Es complicado ver esa luz al final cuando estás en pleno tunel, y sólo ves oscuridad. Como bien dice X, hay mucha gente que se queda atrapada, por circunstancias, en ese túnel. Ver una entrada como la de hoy es un lujazo porque rezuma esperanza para todo el mundo, y por ver cómo tú has sabido ser fuerte. Creo que sufrir es de esas cosas que tienen premio, porque nos hacen más fuertes y nos dan la visión más negra de la vida.

    Ahora, te toca disfrutar de esa luz cada día. Y que tarde mucho, muchísimo, en apagarse :) Besines!

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Si algo bueno me queda de esos años tan difíciles es que fueron un aprendizaje para mí. Un duro aprendizaje, sí, pero sé que yo no sería como soy actualmente si no hubiera pasado por eso.

      Muchas gracias por tus buenos deseos, Rober. Un besazo!!

      Eliminar
  4. Mi paso por el colegio fue muy alegre, la verdad, no me puedo quejar. Sin embargo mi hermano pequeño y mi primo aún más pequeño lo pasaron mal, con situaciones vergonzosas y que no merecen ni el calificativo de "cosas de niños". Y por ellos lo pasé mal. Por suerte los dos siguieron adelante y ahora son dos hombres hechos y derechos, felices y con la capacidad de callar cualquier boca. Todo quedó atrás.

    Me alegro no sabes cuanto de que te vaya tan bien ahora y que seas tan feliz. La vida te tenía esto guardadito para que lo disfrutaras como es debido. Tú sigue así, como siempre te digo, y te regalará más momentos de felicidad como este. Porque sí, porque te lo mereces, joder y porque lo digo yo.

    Un beso, amiga!!

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Mil gracias guapísimo, intento disfrutar de cada momento de felicidad que me pueda dar la vida, porque sé lo que es pasarlo mal.

      Como ya he comentado el acoso escolar es una realidad más común de lo que nos imaginamos, y hay que denunciarlo siempre. Es vergonzoso que a día de hoy muchos niños lleguen a sus casas llorando o muertos de miedo. ¡Hay que salir adelante!

      Muchos besos :)

      Eliminar
  5. Me siento identificada en gran parte contigo, por eso me alegro de que ahora todo vaya sobre ruedas, si alguien se merece ser feliz esa eres tú. Biquiños!

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Muchas gracias preciosa, valoro mucho tus palabras. Un besazo!

      Eliminar
  6. Dime el nombre de toda esa panda de malaje que se van a enterar!! Que con Mar no se mete nadie!!
    Me alegro un montón que estés tan feliz, en serio, te lo mereces por ser tan valiente y seguir adelante en las duras y las maduras, ahí se ve que graaaaande eres!
    Besazos guapísima!

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Muchísimas gracias Tomatito... jo, al final me vais a hacer llorar!! Un besazo enorme!

      Eliminar
  7. Uf Mar, no sé qué decir, salvo que has removido parte de mi pasado. He pasado por cosas muy similares. Msi profesores tampoco lo cortaron de raíz, y mis años de estudios fueron durillos. la cosa fue mejorando en la madurez, hasta que en C.O.U me fui a otro instituto (no podñiamos pagar el colegio donde habia ido toda la vida). Allí todo mejoró y en la facultad ya ni te cuento, y no sé el motivo, yo era la misma de siempre, pero algo cambió, conocí mucha gente que uní a laos verdaderos amigos que conservé del colegio y con los que todavía guardo relación. tampoc me pusieron una mano encima, pero determinados insultos y motes en voz alta y continuados fueron suficientes. Tuve mi primer móvil al acabar la carrera. Mi primera conexión a internet también, y mi primer ordenador. Para hacer trabajos tenia que hacerlos a máquina y si requerin internet irme a un ciber Estudié la carrea con becas, angustiada por las notas, ya que si no habia beca no podía continuar. Tampoco iba de viaje a ningún lado, y no podía seguir el ritmo "social" de los que me rodeaban. En la facultad estas circusntancias personales continuaban, pero estaba rodeada de gente comprensiva, con lo que se convirtió en un mal menor muy bien llevado gracias a la comprensión de los verdaderos amigos. Creo que hoy día mis compljos e inseguridades derivan en parte de aquélla experiencia, pero afortunadamente eso quedó atrás y en general me siento bien. Un besazo Mar.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Veo que tú también tienes tu historia y no sabes cómo lamento que hayas tenido que pasar por todo esto, pero si algo bueno te puedes llevar de esas experiencias tan difíciles es que te hicieron más fuerte y te enseñaron a darle el verdadero valor que las cosas merecen. Eres grande, Meg, no cambies nunca!!

      Un besazo!!

      Eliminar
  8. Muy bien, excelente, la ayuda a los demás siempre es gratificante. Ese párrafo que citas de P´rez Reverte es muy elocuente, piensa bien en todo lo que dice y verás que se ajusta a los penssaientos y pasos de tu amiga, a los míos y a los que tú estás empezado a dar ¿me entiendes?

    un gran beso,

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Ahora más que nunca me siento identificada con esas palabras tan ciertas. Mil gracias, amiga, un beso enorme!!

      Eliminar