“En la oscuridad puedo colgar en las paredes de mi mente lienzos de colores, en la soledad puedo ver quién soy bajo la piel"
Beatriz y los cuerpos celestes

domingo, 15 de septiembre de 2013

"Me gusta"

Sí, lo confieso. Yo era una de esas muchas personas que compartían casi a diario frases filosóficas de amor, amistad, familia y superación personal en mi muro de Facebook. De hecho, aún sigo suscrita a varias páginas que publican diariamente este tipo de contenidos sobre los que yo suelo pulsar el botón de "me gusta". Y ciertamente me gustan, claro que sí. Me encantan las citas célebres, las reflexiones, las frases motivadoras que exaltan el valor de la vida y nos animan a mejorar nuestra situación. Pero creo que no estamos actuando en consonancia a las enseñanzas de estas frases. 



"Tu vida es un regalo, disfrútala", "Nada mejor que los momentos compartidos con nuestros seres queridos", "Vive el presente y no dejes que tu pasado influya en tus decisiones", "Aprende a vivir tu vida con ilusión y serenidad"... Estos son sólo algunos de los ejemplos de las muchas citas que pululan por Facebook, algunas de ellas pertenecientes a personalidades de renombre internacional, sabios y pensadores de gran prestigio. Otras, se nutren de estas corrientes de pensamiento que nos legaron y constituyen la versión resumida, más fácil y accesible para el lector contemporáneo, que apenas tiene tiempo de sentarse a leer mientras toma un café y reflexiona.



¿Por qué proliferan precisamente ahora todas estas reflexiones por la red? En primer lugar, porque vivimos demasiado rápido. Tenemos demasiadas ocupaciones: familia, casa, estudios, amigos, viajes, proyectos interminables, deportes, aficiones... Vivimos pendientes de demasiadas cuestiones que nos alejan de una vida más sencilla, dedicada al disfrute de nosotros mismos y de las cosas que nos hacen felices. Por eso, necesitamos recordar continuamente que la felicidad reside en las cosas pequeñas, que no por irnos de vacaciones de las Islas Seychelles vamos a alcanzar el Nirvana, y que ese iPhone que tanto anhelamos no será digno de recordar al hacer balance de nuestra vida. En este ambiente de crisis, caótico y deprimente, necesitamos citas inspiradoras que nos recuerden que debemos sonreír, respetar al vecino, tomarnos los problemas con más serenidad y dedicar al menos diez minutos diarios a relajarnos. Esclavos de las máquinas, necesitamos también que se nos recuerde que existe una naturaleza inexplorada por el hombre urbanita que apenas visitamos, y que pasamos muy pocas horas al día con nuestros seres queridos. Se nos insta a recuperar el tiempo perdido, a hacer nuevos proyectos, a amar la vida, a superar el pasado, en definitiva, a ser mejores personas.



Personalmente, no puedo estar más de acuerdo con el mensaje que transmiten estas frases y citas. Sin embargo, creo que en demasiadas ocasiones le damos a "me gusta" olvidando lo más importante: es necesario ponerlas en práctica. Al darle a "me gusta", no significa que acabes de preguntarle a tu madre cómo le ha ido en el trabajo, ni que le hayas dedicado media hora de juego a tu hijo, ni que hayas dejado de lado el ordenador para descansar y pensar en tus cosas. "Me gusta" no es la afirmación de tus principios, es sólo la revelación de que crees en algo que no te atreves a materializar por cobardía, por dejadez o por indiferencia. Se trata, pues, de una filosofía demasiado optimista, que sitúa al individuo en la cúspide de la pirámide, a la cabeza del mundo. Se exalta nuestra condición de seres inteligentes, dotados de libertad para vivir nuestra vida, pero se suele olvidar esa dosis de realismo, pues lo que se pretende es escapar de la realidad a toda costa.





Como en todo, siempre hay excepciones. Hay personas que sí se atreven a poner en práctica esas frases que suelen compartir en Facebook, pero no son mayoría. Debo reconocer que quizás yo me incluya en ese amplio margen de personas que en ocasiones  no se atreven a dar el gran paso. Además, creo que hoy en día se tiene demasiada conciencia del "Carpe Diem". Soy una firme defensora de que hay que vivir el presente; es algo con lo que estoy totalmente de acuerdo. Sin embargo, muchas veces actuamos con demasiada libertad, como si ese presente no fuera a comprometer nuestro futuro. Porque, recordemos, todos tenemos un pasado y un presente... y esperemos que también un futuro. Muchas veces justificamos acciones infantiles y fuera de lugar con ese "Carpe Diem", como si los tiempos venideros no importaran en absoluto. "-Pasado mañana tienes examen, ¿vas a salir de fiesta?" "-¡Carpe Diem!". Carpe Diem, sí, pero asume que probablemente no vas a aprobar. Es bueno dejarse llevar, pero creo que la verdadera esencia de ese "Carpe Diem" no es vivir el presente haciendo lo que te dé la gana, sino apreciar el momento presente, asumiendo tu pasado y sin pensar excesivamente en el futuro, pero siendo consecuente con él.

Y tras todo lo que acabo de decir, espero predicar con el ejemplo y aplicar todas estas cuestiones a mi propia vida. Seguiré dándole a "me gusta" en Facebook, compartiendo alguna que otra cita de las que más me gusten y reflexionando gracias a ellas... pero a partir de ahora, voy a intentar que cobren su verdadero sentido al ponerlas en práctica. La filosofía moderna es un arma de doble filo.