Vamos a ver. Lo que está claro es que la vida no es algo predefinido que podamos planear con antelación. Podemos esbozar ciertos planes, perfilar proyectos de futuro, pero es casi imposible atarlo todo de tal manera que salga tal y como queremos, porque cada día pasa algo nuevo, algo diferente que cambia las cosas hasta límites insospechados. Uno nunca sabe la de vueltas que puede dar su vida. Hay abogados que jamás pensaron terminar ejerciendo ese oficio, y ejecutivos que lo dejaron todo por dedicarse a la pintura.
Por eso, he decidido resignarme por el momento. Si el día de mañana llega esa oportunidad que tanto deseo, y se me enciende una lucecita, daré un giro radical a mi situación y me dedicaré a lo que realmente me gusta. Pero, de momento, como no sé lo que va a ocurrir, no me queda más remedio que amoldarme a lo que tengo y tratar de llevarlo de la mejor manera posible, esperando que sea el preludio de algo mejor. Ojalá que sí.
Los dilemas universitarios de Mar terminan aquí, que no es cuestión de alargar la cosa. Eso sí, si algún día más se me va la pinza y me da por hacer de nuevo esos horrorosos dibujos con Paint, no me haré responsable.
Un besazo!!