“En la oscuridad puedo colgar en las paredes de mi mente lienzos de colores, en la soledad puedo ver quién soy bajo la piel"
Beatriz y los cuerpos celestes

miércoles, 7 de noviembre de 2012

Positivismo es una actitud

A todos nos parece normal levantarnos cada mañana, desayunar, asearnos, vestirnos e irnos al trabajo o al lugar en el que estudiamos. Almorzamos a mediodía, vemos la televisión o navegamos por internet, pasamos a diario por tal calle o recibimos la llamada de cierta persona con la misma frecuencia. Rutina. Pero ojo, la rutina no tiene por qué ser gris, depende de los colores que utilicemos para pintarla día tras día. En las pequeñas cosas especiales encontramos esa gama cromática que nos aleja del aburrimiento y nos permite ver las cosas con cierto optimismo: la buena música, el cine, esa serie que tanto nos gusta, dibujar, preparar un simple bizcocho o simplemente vestirnos de un color diferente al que solemos llevar. ¿Nunca te has fijado en ese lugar de tu ciudad, casi oculto entre ese enjambre de coches y transeúntes, al que nunca has ido? Quizás sea más acogedor de lo que crees. ¿Por qué no pruebas a escuchar una canción de un grupo desconocido o a poner de una vez por todas esa película que llevas tanto tiempo esperando ver? ¿A qué esperas para llamar por teléfono a ese amigo con el que llevas un tiempo sin quedar? 

Y también...

Prueba a cambiar de sitio (aunque sea levemente) algunos elementos de tu habitación, y ten siempre a la vista las cosas que más te gusten y que mejores recuerdos te traigan.
Escribe una frase "con mensaje filosófico" en tu agenda para tenerla presente durante todo el día. 
Aprovecha ese ratito en que vas a estar solo en casa para poner esa canción que tanto te gusta y darlo todo frente al espejo.
Coge esas revistas que llevan tanto tiempo amontonadas en el trastero, haz varios recortes y crea un bonito collage para alegrar tu escritorio.
Dale un abrazo bien fuerte a las personas a las que realmente quieres, tú lo necesitas y probablemente ellas también. 
Ponte tu mejor música durante el trayecto en autobús o metro para hacerlo más ameno. 
Juega con tus primitos pequeños siempre que tengas la oportunidad de hacerlo; los niños transmiten una ternura e inocencia difíciles de encontrar en el "reino" de los adultos. 
Olvídate por un día de los kilos de más y date ese pequeño capricho en el que tanto tiempo llevas pensando. Túmbate cómodamente en el sofá con una mantita y disfruta de tu serie preferida. 
Ponle a tus padres la música que más les guste mientras comen; les alegrará el día.
Pisa ese charco gigante que te está tentando desde que doblaste la esquina paraguas en mano (siempre que lleves impermeable y botas, por supuesto, ¡no vayas a pillar un resfriado!).
¿Tienes una alfombra de considerables dimensiones en casa? Vuelve a tu infancia y túmbate cómodamente sobre ella, como cuando jugabas a construir edificios con Legos.
Utiliza como fondo de escritorio la imagen de un sitio que te encantaría visitar y no dejes de soñar con eso.
Busca ese monólogo en Youtube que tantas veces ha conseguido que te mueras de risa.

... Y miles de cosas más que dependen de tí.

No dejes que la rutina pueda contigo. Siempre puedes hacer esas pequeñas cosas que le darán un toque diferente a tu día. Sé optimista, porque la vida es demasiado corta como para invertir un tercio de ella preocupándote por aquellas cosas que crees que saldrán mal. ¡No merece la pena!

Que tengas un buen día. Te aseguro que, a pesar de todo, es posible. Aún no sabes la cantidad de cosas que eres capaz de hacer.

:)