“En la oscuridad puedo colgar en las paredes de mi mente lienzos de colores, en la soledad puedo ver quién soy bajo la piel"
Beatriz y los cuerpos celestes

martes, 17 de junio de 2014

Porque todo pasa

¿Sabéis ese sitio al que uno va cuando quiere desconectar de todo? Pues mi sitio es este blog, Canciones de Madrugada. Que sí, que sé no se me ha visto el pelo estos meses, pero necesitaba alejarme un poco de todo esto. Además, han pasado cosas. Cosas malas. Y buenas, también. Pero más malas que buenas.
Pero bueno, no he venido a lamentarme.

Un día te paras a pensar, miras a tu alrededor y sientes que no comprendes muchas de las cosas que te rodean. No entiendes ciertas ausencias, ciertas cosas que no deberían haber ocurrido, nunca. Y piensas "bueno, tal vez debía ser así". Sí, tal vez. Pero, ¿y si se pudo haber cambiado? ¿Por qué tuvo que ser así...? Lo cierto es que de nada sirve pensar en lo que podría haber pasado. Pasó lo que pasó, no hay vuelta atrás.

¿Cómo se afrontan esas situaciones en las que no sabes muy bien qué hacer? ¿Cómo ha de actuar uno cuando no entiende nada? ¿Cómo seguir, si sientes que has perdido el impulso? Pues intentando caminar, como siempre. Teniendo momentos jodidos, de esos que te hacen llorar bastante, pero también secándote esas lágrimas y decidiendo que debes continuar.

Cuando escribí esta entrada las cosas eran muy diferentes, pero todo cambia, y avanza continuamente... Nada es para siempre. Sin embargo, yo confío en mí misma y en mi capacidad de superación. Sé que, a pesar de los problemas, no está todo perdido. Que nadie se crea que siempre soy tan optimista; hay veces en las que nada tiene sentido, pero al final lo tiene. Seguro que sí. Y que al final del camino, cuando echas la vista atrás, de lo único de lo que no debes arrepentirte es de haber sido siempre tú misma.

Hace poco leí una entrada de Naar que me gustó bastante, esa en la que puso fragmentos de canciones que recordaba una noche mientras conducía. Esa. Naar es la hostia, todo hay que decirlo. No porque sea mi amiga, claro (o sea, no) sino porque le echa un par. Ya se lo dije; la quiero y la admiro. De mayor quiero ser como ella, con o sin gato, pero con la misma fortaleza y la misma forma de continuar.

Y mientras pienso en mi futuro yo como pseudo-Naar, aquí estoy, estudiando unos exámenes que me tienen bastante hasta las narices y dando clases particulares a gente pesada que suspende continuamente, pero eso es un mal menor. Ya estoy acostumbrada, y al fin y al cabo, gano dinero. Algo es algo. En fin, creo que me estoy extendiendo demasiado, esperando que leáis todo este tocho después de dos o tres meses sin decir ni esta boca es mía. No tengo vergüenza, no. No me gusta ser quejica, ni venirme a menos, pero sí que me gusta escribir las cosas que me ocurren y, cuando pase un tiempo, volver a leerlas con satisfacción y pensar "ya pasó". Porque pasará, seguro. Siempre pasa.

Nos leemos por aquí, más tarde o más temprano, pero me niego a echar el cierre. Soy como la orquesta del Titanic, pero en versión low cost

Buenas noches.