Vete, vete donde el corazón te lleve y atraviesa las fronteras del tiempo. Recoge hojas secas que un día vientos de libertad te trajeron, y salta sobre los charcos de tu mente haciendo salpicar la costumbre de hacer siempre lo mismo. Dibuja soles espléndidos con un pincel de esperanza, y haz que sus colores intrépidos se diluyan en las aguas de los océanos más cristalinos. Navega por mares en calma y lánzate al mar en las más feroces tempestades. Cruza mil semáforos en rojo y guarda cada atardecer en tu retina como un preciado tesoro. Y si algún día deseas regresar, sólo da la vuelta y emprende el viaje de regreso, pero nunca te arrepientas de haber vivido tu vida.