“En la oscuridad puedo colgar en las paredes de mi mente lienzos de colores, en la soledad puedo ver quién soy bajo la piel"
Beatriz y los cuerpos celestes

lunes, 31 de diciembre de 2012

Libros, canciones y películas del 2012 + dedicatorias blogueras - sensibleras de madrugada


Me he quedado a gusto con el título, lo sé.

Queda apenas un día para despedir al 2012. No voy a hacer un análisis pormenorizado de lo que ha significado este año para mí porque considero que cada uno tendrá su opinión personal. Para unos habrá sido un buen año, para otros quizás no tanto (y de veras que lo siento). En cualquier caso, esta imagen ilustra bastante bien lo que ha significado el 2012 para mí:



Y como siempre hay pequeños detalles cotidianos que de alguna u otra manera nos transportan a ciertos momentos del pasado, voy a hacer una vez más mi pequeño resumen personal de las canciones, libros y películas que me han acompañado durante este año, también a modo de mini reseña o recomendación. Es una pequeña selección de mis favoritos.

PELICULAS


Tan dura como imprescindible. Me sorprendió hace un par de meses y me llegó al corazón. Todo un acierto.


Quizás una de las películas con las que más me he reido en toda mi vida. Una comedia española sensacional, más que recomendable.





La más reciente de las que he visto, y quizás una de las que más me han gustado. Me dejó un muy buen sabor de boca.


La vimos en clase. Bastante filosófica, toda una lección de vida. Es interesante verla.


También la vimos en clase. Quizás no es una de las películas que más me han gustado, pero el mensaje que transmite es muy interesante: toda la humanidad conectada a través de cuatro o cinco simples historias entrelazadas por los avatares del destino.


CANCIONES

Como siempre, todas las de mi grupo favorito, 'La Oreja de Van Gogh'. Sus canciones me han acompañado desde que era muy pequeña, me han hecho sonreír en momentos felices y me han reconfortado en los más difíciles.




Porque en esta vida todo aquel que se enfrenta a las dificultades y sigue adelante pese a todo es un verdadero héroe. Me ha ayudado mucho.


Una canción que siempre me pone de muy buen humor.


Los míticos Beatles no podían faltar en esta pequeña selección personal. Siempre conmigo.




Esta canción me ha llevado a hacer el ganso como nadie y a echarme unas cuantas risas ;)


Me ha acompañado en el estudio, en los momentos de relax, y también en el día de mi graduación. Muy grande.


Fue uno de mis grandes descubrimientos musicales del 2011, y me ha acompañado también durante este 2012. Inspiradora.


Esta se la dedico a 'My Little Pretty One', ella sabe quién es.


Verdades como puños en forma de canción.


Por lo que pudo ser y no fue. Pero, a pesar de todo, me alegro enormemente.


Porque hay momentos en los que es mejor desconectar y encontrarse con uno mismo.


Porque la juventud no dura eternamente, pero el espíritu joven puede perdurar si nos lo proponemos.


Por ese proyecto de  filóloga aguileña que a veces me trae de cabeza y muchas otras me hace reír.





Porque escuchar esto desde el autobús camino a la Universidad viendo el sol reflejado en el mar realmente me llena de energía y me hace sentirme viva.



LIBROS

"La casa de Riverton", de Kate Morton

Ya hice una   reseña de este libro en su día, porque la verdad es que me encantó. Mi mayor descubrimiento literario de este 2012.



"Criadas y señoras", de Kathryn Stockett

En su día me dijeron que era "una pequeña joyita", y tras haberlo leído, no puedo estar más de acuerdo.

"Tara Road, una casa en Irlanda", de Maeve Binchy

 Quizás no me gustó tanto como los dos anteriores, pero me hizo pasar buenos momentos.

"Voces que susurran", de John Connolly

Ya lo dije recientemente en la reseña que escribí: este libro me decepcionó, y lo hizo porque esperaba mucho más de él de lo que me encontré. No es de mis favoritos, pero su trabajo me ha reportado un buen triunfo y me ha enseñado muchas cosas de la vida universitaria, aunque cueste creerlo.



Y ahora, toca ponerse un poco sentimental. Y es que este pequeño y humilde blog me ha traído muchas alegrías durante este 2012. Me ha permitido conocer a gente maravillosa, a pequeños grandes blogueros que me han permitido a mí, que no me conocen de nada, entrar en sus vidas y compartir una parte de sus pensamientos. Son muchos, más de los que yo habría imaginado, pero hay algunos de ellos que realmente me han conquistado, tengo que reconocerlo.


Porque es sencillamente genial. Siempre tiene a mano una palabra de ánimo, una frase para levantarte la moral. Y porque ella me hace proferir siempre las más hermosas palabras: OLA K ASE?


Porque entre libros, apuntes varios y reseñas, nos abre las puertas de su desván e ilumina con sus reseñas esa fuente inagotable de lecturas y filmes que nos da a descubrir. Y porque es muy majo.


Porque con estas dos 'elementas' se puede hacer la fritada más rica que puedas probar en tu vida. Leerlas es sinónimo de partirme de risa, tengo que reconocerlo.


Porque es toda una cazadora de estrellas, una devoradora de libros y, ante todo, una chica encantadora.

Naar 

Por ser tan sincera y permitirnos compartir sus pensamientos. 

X

Porque me ha permitido descubrir la verdadera esencia del relato corto, dejándome siempre un buen sabor de boca.


Ella no lo sabe, pero realmente la admiro. Esta traductora - bailarina ha conseguido sacarme más de una sonrisa con sus aventuras 'abroad'.


Hace tiempo que no me llegan sus cartas, pero yo le sigo recordando con cariño.

Y muchos más blogueros a los que me encanta leer siempre que puedo. Leeros me permite mejorar día a día y aprender de vosotros. 

Quiero desearos un muy FELIZ 2013. Que, pese a todo, tengáis siempre pensamientos optimistas, que sigáis adelante ante las dificultades y que nunca dejéis de ser tan geniales.

¡Un beso muy fuerte!  ¡Y no os atragantéis con las uvas! (Como es tradición en mí...).


Mar




viernes, 28 de diciembre de 2012

Del arte y la vida

El arte. ¿Por qué existe el arte? ¿Por qué fueron escritos todos esos libros que hemos leído y que han dejado una huella imborrable en nuestros corazones? ¿Por qué fueron compuestas todas esas canciones que nos erizan la piel cada vez que apretamos el 'play'? ¿Por qué hay centenares de museos que albergan las más bellas obras pictóricas que conserva la humanidad en patrimonio? ¿Por qué existen -y existieron- plumas prodigiosas, escritores con un talento inusitado capaces de plasmar en pocos versos su profunda angustia vital o una simple mirada de amor? Porque el ser humano necesita el arte para vivir. También necesita un médico que cuide de su salud, un profesor que le instruya y miles de profesionales más que cubran sus necesidades primarias, pero también necesita emocionarse, sentir, reír y llorar... sentirse vivo.

No puede existir la vida sin arte. Al menos, no la mía. Desafortunadamente la realidad que nos ha tocado vivir no es todo lo feliz y prometedora que imaginábamos hace unos años, y es precisamente la fantasía de la creación artística lo que nos permite dejar volar nuestra imaginación y viajar a otras realidades menos hostiles y más acordes a nosotros mismos, a nuestra forma de entender la vida. Por eso vemos las series que nos gustan, y disfrutamos con ellas. Por eso vamos al cine. Por eso nos identificamos con los problemas de los personajes y nos alegramos de sus triunfos. Por eso escuchamos nuestra música favorita tras un mal día o nos perdemos entre fotografías antiguas, entre instantes de dicha capturados en un segundo, que también son arte. Y es por eso también que existen -y deben continuar existiendo- infinidad de escritores, músicos, pintores, diseñadores, fotógrafos, actores y miles de personas más entregadas en cuerpo y alma al arte, porque el médico que llega a casa cuelga la bata blanca y el fonendoscopio y trata de relegar los problemas laborales al ámbito de trabajo, pero el artista no puede. El artista no trabaja, el artista vive. El escritor que se deja la piel en una novela disfruta con lo que hace, se siente vivo. Y lo mismo sucede con el fotógrafo incansable que recorre miles de lugares por descubrir cámara en mano, esperando el momento oportuno para apretar el botón e inmortalizar un sólo momento, como el cazador se abalanza sobre su presa; ansioso, seguro de que ése y sólo ése es el momento propicio para disparar.

El arte es vida. ¿Y qué es la vida sino una obra de teatro? Cierto es que cada día nos toca representar un papel diferente de acuerdo a las circunstancias que nos toque en suerte vivir. El arte es para mí una tabla de salvación, la forma de dar rienda suelta a mi imaginación y no dejarme vencer por las dificultades. De ahí saco la fuerza necesaria para continuar, estoy segura. Actores, bailarines, pintores, escritores, músicos, fotógrafos; todos. No siento sino admiración por vosotros al comprobar una y otra vez que sois felices con lo que hacéis aunque vuestras profesiones sean despreciadas en innumerables ocasiones en este país. Sé que no vivís del aire, que todos los días hay que comer... pero también sé que los trazos de vuestros pinceles y carboncillos, los carretes usados amontonados en la sala de revelado, las partituras esparcidas sobre la mesa, las zapatillas de punta desgastadas sobre el escenario y los guiones que guardáis cada noche bajo la almohada son la constatación de que sois fieles a vosotros mismos, a vuestra forma de entender lo que hacéis, y eso es más importante que cualquier otra cosa.

Sí, yo lo sé. No es mentira./
Mientras haya arte, habrá vida.



miércoles, 19 de diciembre de 2012

¡Feliz Navidad!



"Felis" "Navidas", Próspero Año y "Felisidas", que diría Boney M. Hace unas semanas estaba en modo Grinch y no me apetecía demasiado celebrar la Navidad, pero al final me he animado. Se ve que eso de ver luces por todos lados y comer turrón durante casi un mes me agobiaba demasiado jejejeje

Familia bloquera, os deseo una FELIZ NAVIDAD y que tengáis una muy buena entrada de año. Qué leches, no sólo entrada, os deseo un año muy, muy bueno y que todos vuestros sueños se hagan realidad. Lo sé, suena a topizaco, pero yo os lo deseo de todo corazón. ¡Y cuidado con los polvorones, que luego en enero pasan factura! :P

 ¡Un beso muy fuerte!

Mar

martes, 11 de diciembre de 2012

Reflexiones sobre "Big Fish"

El domingo pasado ví Big Fish, de Tim Burton. ¿Y quién no ha visto esa película a estas alturas? Supongo que todavía me queda una lista muy larga de recomendaciones cinematográficas, pero puedo prometer que estoy haciendo todo lo posible por solucionarlo.
El caso es que esta película me hizo pensar como pocas. El argumento es simple pero al mismo tiempo tremendamente original: un hombre va a visitar a su padre en las últimas semanas que le quedan de vida. El padre es un hombre optimista y sociable que a lo largo de toda su vida ha contado innumerables historias increíbles sobre su juventud. Sin embargo, su hijo cree que sólo son producto de su imaginación y que se las inventa continuamente.

" Lo fascinante de los icebergs es que sólo ves el 10%, el otro 90% está bajo el agua y no lo ves. Y contigo es lo mismo papá, sólo veo un trocito que sobresale por encima del agua".

 Poco a poco, irá haciendo un esfuerzo por escuchar a su padre y tratará de averiguar si estaba equivocado o no, si hay algo de cierto en los relatos fantásticos que le narraba desde niño. 

 " Mi padre siempre hablaba de un montón de cosas que nunca había hecho y seguro que hizo un montón de cosas de las que nunca hablaba. Estoy intentando reconciliar las dos cosas".

Y sí, el padre había vivido mucho, muchísimo. Conoció a miles de personas durante toda su vida y viajó a muchísimos sitios, pero exageró una parte de la realidad convirtiéndola en algo increíble y enigmático. Sólo aportaba ese toque de magia que hacía del lugar más común un verdadero paraíso.

" Les vendió un sueño"
 Y es que Edward Bloom era alguien especial, un hombre dispuesto a comerse el mundo. No se conformaba con su pequeño pueblo y sus gentes tranquilas, quería más. Por ello, un buen día emprendió un largo viaje en busca de aventuras y nuevos desafíos, y así escribió su propia historia, la historia de su vida. Conoció a la mujer de la que se enamoró nada más mirarla a los ojos y luchó por alcanzar todos sus sueños. Quizás su vida no fue tan increíble como solía decir, pero él se encargaba de idear historias llenas de ilusión y fantasía para hacer soñar a quienes le escuchaban, y eso es más importante que cualquier otra cosa.

"Hay momentos en los que un hombre tiene que luchar, y hay momentos en los que debe aceptar que ha perdido su destino, que el barco ha zarpado, que solo un iluso seguiría insistiendo... Pero lo cierto es que siempre he sido un iluso".

Y aún después de haberse marchado para siempre, sus historias siempre vivirán. 
.
"Un hombre cuenta sus historias tantas veces que al final él mismo se convierte en esas historias. Siguen viviendo cuando él ya no está. Y de este modo, el hombre se hace inmortal".

Ten muy claro quién eres, pero más aún quién no quieres ser. Enfréntate a lo que venga sin miedo, y jamás dejes en el camino tus sueños, tus ilusiones. El mundo es en ocasiones un lugar inhóspito y hostil, y sólo la magia que conserves en tu interior logrará transportarte a otra época, a otro momento de gloria y esperanza en el que tus temores sólo serán castillos en el aire. Tú tienes la capacidad de hacer cualquier cosa, de crear nuevos mundos y volar con sólo cerrar los ojos. No permitas que la monotonía y la mediocridad del día a día te priven de ese don.

"El pez más grande es así porque no se deja pescar".

lunes, 10 de diciembre de 2012

Voces que susurran, de John Connolly

... o el libro que más quebraderos de cabeza me ha dado en toda mi vida.


Y puede que os preguntéis por qué. Pues bien, este es el libro que nos mandaron leer en septiembre para la clase de Introducción a la Historia de la Teoría de la Literatura. Teníamos que hacer un trabajo de documentación del libro muy importante, y cuando digo muy importante, me refiero a que es condición sine qua non para aprobar la asignatura. Ese es el principal motivo por el que últimamente he estado un poco desconectada del blog.  Hoy es la fecha límite para entregarlo, así que nada, allá que he dejado mi pen dirve en conserjería, y que sea lo que dios quiera.

Pero bueno, ¿de qué va el libro? Os dejo un fragmento de lo que he escrito para que os hagáis una idea. Debo decir que no es precisamente mi libro favorito, ni mucho menos uno de los mejores de John Connolly. Sin embargo, esta novela negra ofrece una amplia diversidad de temas y mantiene la intriga hasta el final. Yo le daría, al menos, una oportunidad.


Sinopsis



Voces que susurran es el décimo título de la serie literaria Charlie Parker del autor irlandés John Connolly. Ambientada en Maine, Nueva Inglaterra, la novela recrea una trama policiaca en la que Parker habrá de investigar el supuesto suicidio de Demien Patchett, un joven soldado que combatió en 2003 en la guerra de Irak. La investigación se adentrará en un mundo de intrigas en el que nada aparenta ser lo que es. Las drogas y el tráfico de antigüedades en la frontera entre Maine y Canadá no tardarán en hacer acto de presencia, pero aún hay algo más. Voces, misterios sin resolver, individuos que actúan impulsados por un propósito oscuro que les llevará a transgredir los límites entre la vida y la muerte, entre el bien y el mal. Y sobre todos ellos, una espesa oscuridad que envuelve un espacio repleto de susurros suplicantes y recuerdos amargos.

Opinión Personal 


Bajo el título de Voces que susurran, el irlandés John Connolly recrea una trama policiaca protagonizada nuevamente por el detective Charlie Parker. La novela, ampliamente valorada por ciertos sectores de la crítica, reúne algunas de las características esenciales de la novela negra, destacando entre todas ellas como la más significativa la presencia de un argumento sólido e intrigante en torno al cual se suceden una serie de historias paralelas repletas de personajes que transgreden los límites de la ley, que obedecen a sus más bajos instintos y que incluso están relacionados con las fuerzas del mal.

El planteamiento inicial de Connolly en relación a esta novela es más que aceptable: la investigación del suicidio de Demien Patchett, que llevará a Parker a relacionarse con individuos que trafican con drogas y antigüedades en la frontera entre Maine y Canadá y a descubrir una misteriosa caja que no aguardará en su interior otra cosa que espíritus malignos capaces de inducir al ser humano a llevar a cabo las mayores atrocidades. Sin embargo, el gran error de Connolly no reside en este planteamiento, sino en su ejecución. La narración  es presentada en ocasiones como una especie de puzzle literario conformado por varias piezas que el lector espera que en algún momento del relato se relacionen unas con otras, frustrándose esta expectativa al llegar al final del libro, que deja diversos cabos sueltos, destacando como el más significativo el hecho de que nunca se produce un encuentro final entre Charlie Parker y Benjamin Patchett en el que se dé por cerrado el caso de Demien.

Por otro lado, Connolly realiza de forma verosímil la simbiosis entre la realidad y los sucesos paranormales, de forma que la aparición de éstos resulta creíble a pesar de producirse mayoritariamente en los últimos capítulos de la obra. Personajes como El Coleccionista, que representa las fuerzas oscuras del mal, o Herodes, que actúa bajo las órdenes de El Capitán, dotan a la narración de esos elementos sobrenaturales tan defendidos por el propio autor y, sin embargo, tan infravalorados en ocasiones por la crítica. Digamos que es la incursión en esta trama de seres malignos y fantasmagóricos es uno de los puntos clave de la historia, lo que verdaderamente suscita la atención del lector y le invita a seguir leyendo.


La estructuración de los personajes es notable, pero Charlie Parker, pese a ser el protagonista, se ve prácticamente relegado a un segundo puesto, como si de un personaje periférico se tratara (palabras del propio Connolly). Sabemos que en otros títulos de la colección se da una descripción pormenorizada del detective, al igual que se relatan sus antecedentes familiares y se profundiza en su personalidad, en sus miedos, en su afán de venganza y, en definitiva, en su forma de ver la vida. Sin embargo, no sucede lo mismo en Voces que susurran. Parker analiza ciertas situaciones, las debate interiormente y las observa cautelosamente haciendo gala de sus dotes detectivescas, pero el lector que se enfrenta por vez primera a un libro de esta serie desconoce muchos detalles de este personaje y se siente un tanto desorientado. Recibe pinceladas de lo que ha sido su vida hasta ahora: el asesinato de su mujer y su hija, la verdad sobre el suicidio de su padre, el rechazo de sus compañeros tras llevar a cabo sus planes de venganza, su relación con Rachel y posterior divorcio, etc. Sin embargo, en esta ocasión Connolly no profundiza en sus sentimientos; sencillamente pasan desapercibidos durante gran parte de la novela. Prefiere dar prioridad a otros personajes como Joel Tobías o Herodes, éste último, de gran contenido psicológico. Es interesante que, en mayor o menor medida, todos se vean amenazados por el sentimiento de culpa, por ese afán por redimir sus pecados o pensárselo dos veces antes de cometerlos. Como podemos comprobar, la compasión y la culpa van de la mano en esta obra y son los dos rasgos que consiguen humanizar a personajes que parecen haber perdido cualquier apego por la vida. Son sentimientos comunes a casi todos ellos, y una de las señas de identidad de la obra de John Connolly. Anhelan la expiación de sus pecados y viven permanente atormentados por haberlos cometido. Son asesinos con moral y principios, pecadores que se rigen por un estricto código ético. Y, por encima de todos ellos, el Mal en estado puro personificado en la figura de El Capitán. Los demás personajes están plagados de matices que, ni les convierten en seres nobles y de buen corazón, ni en los más pérfidos villanos sin escrúpulos. 

El lenguaje utilizado en la novela es coloquial, exento en su mayoría de tecnicismos o formas retóricas. Connolly se aproxima al lenguaje de la calle, y pone en boca de muchos personajes expresiones vulgares y palabras malsonantes. Recordemos que lo que el autor pretende es ambientar la novela en un entorno urbano, con todo lo que ello implica. Sin embargo, Connolly cambia de registro en ciertos fragmentos de la novela en los que utiliza un lenguaje más poético y cuidado, clara influencia de J. Lee Burke (...).

Uno de los mayores logros de la novela reside en las magníficas descripciones físicas y psicológicas de personajes y ambientes. El autor irlandés recrea un detallado muestrario de ambientes y pensamientos incapaz de dejar indiferente al lector. Es entonces, cuando éste siente la humedad de un sótano o el olor putrefacto de cualquier habitación, cuando verdaderamente empieza a tomar parte activa en la obra y queda totalmente absorbido por ella. Asimismo, la descripción exhaustiva de ambientes consiste en un interesante preámbulo de los elementos sobrenaturales que aparecen en la trama (...)
Un aspecto igualmente importante a tener en cuenta es el tratamiento que Connolly le da a los temas relativos a la infancia y la adolescencia (...)
Este tema se hace patente en la experiencia traumática que vivió Karen Emory, cuando un perturbado –un tal Clarence Buttle, que no era realmente sino El Capitán con una apariencia diferente– entró una noche en su habitación. Este individuo también asaltó a otra niña, Franny Keaton. Aunque en Voces que susurran Connolly no habla extensamente de Sam, la segunda hija de Parker, intuimos que en anteriores novelas lo hace de un modo cercano y amable.
Pero, sin lugar a dudas, la piedra angular de la obra de este autor es el tratamiento de lo sobrenatural. Los asesinos de la obra de Connolly son esos ángeles rebeldes de Dios expulsados del cielo, individuos que juraron venganza y que están dispuestos a transgredir cualquier ley moral para cumplirla (...)



Esta obra es interesante y digna de pertenecer al género de la novela negra contemporánea por tratar magistralmente todos los temas que hemos expuesto anteriormente: las drogas, el tráfico de antigüedades, los malos tratos, el Trastorno de Estrés Postraumático, la homosexualidad, la vulnerabilidad de los niños y los sentimientos de compasión y culpa, todo ello mezclado con destreza con ciertos sucesos paranormales que alterarán la vida de los personajes. Connolly trasplanta los fantasmas mesopotámicos a los bosques de Maine, encierra secretos milenarios en un antiquísimo joyero y otorga las llaves del mismo a seres despiadados, a ángeles negros con apariencia terrenal, a individuos sin escrúpulos ni conciencia.  La imaginería de espíritus, entes malignos y fantasmas que habitan las páginas de Voces que susurran no son sino un perspicaz recurso extensamente trabajado por Connolly, la esencia de su obra.

Sin embargo, y pese a contar con todos los ingredientes necesarios para convertirse en una gran historia, esta novela decepciona, y lo hace por lo incompleto de su final. Su desenlace deja demasiados cabos sueltos y concluye con un homenaje a los veteranos de guerra. El lector se siente perdido al llegar a la mitad de la historia, pues siente que la aventura, la intriga y el misterio que prometía la obra en un principio han quedado en nada. Voces que susurranno es la mejor novela de Connolly, ni la más apropiada para iniciarse en la lectura de la serie detectivesca de Charlie Parker. Es un libro de grandes contrastes; unas veces ágil y escalofriante y otras, lento y tedioso. El escaso protagonismo de Parker, el dar por sentado que el lector conoce todos los detalles de su vida, las continuas apariciones de un obstinado y agresivo Joel Tobías y la manida leyenda urbana de la aparición de una niña misteriosa restan calidad al relato. Es una verdadera lástima que Connolly no haya sabido medir el tiempo de aparición de cada personaje ni finalizar la narración adecuadamente. El final no es abierto, sino absurdamente incompleto (...).

En definitiva, Voces que susurran plantea un argumento sólido e interesante en el que se dan cita diversas tramas que no son sino el reflejo de la realidad contemporánea, historias de misterio, dolor y venganza. Sin embargo, el gran error de Connolly no reside en el planteamiento de la historia, sino en su ejecución. La estructura de puzzle de la obra aturde a un lector que espera un final en el que las piezas sueltas se unan por fín, algo que no llega a ocurrir, ni siquiera en el caso de lo más relevante. Nos remitimos en este punto a las palabras del propio Connolly: “no es la trama lo que más me interesa de mi obra, sino la psicología de los personajes”. Y es que, pese a dejar varios cabos sueltos, la historia tiene tanto en las descripciones psicológicas de un amplio reparto de personajes como en la ambientación espacial ubicada en Maine a su mayor logro. John Connolly no describe, desnuda la escena, transmite sentimientos y logra que el lector se estremezca y llegue a compadecerse de alguien capaz de asesinar a sangre fría. Eso, unido al terror de la guerra de Iraq y el misticismo de los retazos de la cultura mesopotámica que hallamos en el libro, hacen de Voces que susurran una historia sugerente y única y la salvan en gran medida de sus errores de continuidad y de lo apresurado de su final.  Es un relato oscuro, detallista y envolvente. No es quizás el mejor libro de Connolly, pero sí una obra tan interesante como necesaria para descubrir una realidad paralela a la nuestra en la que  se oyen disparos, lamentos ahogados en la oscuridad y susurros. Susurros que continuamente piden clemencia y juran venganza.



martes, 4 de diciembre de 2012

Esperaré

Cuando era pequeña pensaba mucho en el futuro. Es normal, supongo; todos los niños lo hacen. Me imaginaba a mí misma con la edad que tengo ahora, tranquila, alejada de preocupaciones, feliz. Sin embargo, mi inocencia infantil no contaba con los problemas adultos que la vida nos va presentando. Siempre hay problemas; unas veces más graves y otras más llevaderos, pero de alguna manera siempre están ahí. La vida nunca es color de rosa, como decía Edith Piaf. Siempre habrá preocupaciones que nos atormentarán y personas que no nos caerán bien, del mismo modo que aquellos que estén dispuestos a brindarnos su amistad también harán su aparición. 

Nunca me ha gustado rendirme ante los problemas, pasar de ellos o simplemente delegar en otros su resolución. ¿Que vienen cuarenta problemas juntos? Pues allá vamos, a por ellos. No me importa enfrentarlos uno a uno, estoy dispuesta a ello, a no rendirme, a seguir adelante. Sin embargo, el tiempo pasa y me da por pensar si realmente merece la pena invertir tanto esfuerzo en asuntos que quizás no merezcan la pena. Honestamente, no sé si debería hacerlo. Siento que no llega mi momento, ese momento en el que yo pueda dar lo mejor de mí a los demás, en el que me sienta completamente a gusto, y no sólo conmigo misma, sino especialmente con lo que me rodea. Otros días vendrán, y del pasado sólo recordaré los buenos momentos, las risas, los abrazos, las miradas cómplices, los consejos y las palabras de aliento. De eso estoy segura.

No estoy viviendo un mal momento, simplemente, siento que estoy en un punto de inflexión. Tras un par de años duros, parece que voy viendo la luz al final del túnel, pero aún queda un largo camino por recorrer. Estoy conociendo gente nueva que me está aportando muchas cosas, y he decidido que quizás eso de ser profesora no esté tan mal, aunque todavía no tengo nada decidido sobre lo que quiero hacer. No sé, dejaré que las cosas vayan viniendo, no las presionaré. Seguiré luchando por las cosas que me importan, pero evitaré las preocupaciones a toda costa. Ahora necesito vivir otras experiencias, sentar las bases de lo que está por llegar. Y esperaré, por supuesto que esperaré ese momento, mi momento de dar el salto de mi vida y volar. Y para entonces, procuraré llevar puesto un buen paracaídas y no mirar hacia abajo. 

Seguramente no soy exactamente como imaginé que sería áhora cuando tenía seis años, pero hay algo de lo que estoy segura: siempre he sido fiel a mis convicciones, nunca he dejado de perseguir mis objetivos por más lejanos que estuvieran. Y, qué demonios, seguiré haciéndolo. Otros días vendrán, yo lo sé. Estoy segura.



Mar

sábado, 1 de diciembre de 2012

Antes de nada

Antes de perdonar, pregúntate a tí mismo si has olvidado.

Antes de confiar ciegamente en alguien, considera si merece la pena.

Antes de abrir la boca, piensa que tus palabras no podrán volver a tus labios.

Antes de quejarte por cualquier nimiedad, valora lo que tienes.

Antes de cometer una estupidez, piensa si ya lo hiciste anteriormente.

Antes de hundirte en tus lamentaciones, recuerda que estás vivo y que tienes miles de razones por las que seguir luchando.

Antes de dormir, piensa en ese momento en el que te sentiste tan feliz.

Antes de lamentarte por tus problemas, piensa en buscar soluciones.

Antes de entrar en clase o en el trabajo, sonríe aunque no tengas ganas y da los buenos días.

Antes de hacerle daño a alguien que te importa, muérdete la lengua.

Antes de dejarte vencer por la pereza, haz eso que tanto te gusta.

Pero antes de besar, amar, reír o llorar, por lo que más quieras, no hagas nada. Tan sólo cierra los ojos, no pienses en nada... y déjate llevar.