“En la oscuridad puedo colgar en las paredes de mi mente lienzos de colores, en la soledad puedo ver quién soy bajo la piel"
Beatriz y los cuerpos celestes

lunes, 20 de agosto de 2012

Vivir

¿Sabéis esa sensación de necesitar un cambio en tu vida, de querer romper con todo y empezar desde cero? Normalmente se siente eso cuando sucede algo que o bien te tiene harto, o bien te hace reflexionar y sacar todo lo que llevas dentro. A mí me ha sucedido una mezcla de las dos, y creo que estoy empezando a abrir los ojos con respecto a muuuuuuchas cosas.

He estado durante demasiado tiempo "agazapada", escondida, alejada del mundo y de todo lo que me rodea. No he tenido ganas de hacer nada ni de ver a nadie, simplemente de bajar las persianas y de decir aquello de "adiós mundo, hoy no me apetece plantarte cara". Pero claro, pasa el tiempo, saldas ciertas cuentas pendientes con tu pasado y te decides a intentar que todo sea diferente, a darle un giro a tu vida. Durante demasiado tiempo he estado sometida a la voluntad del destino, y me he dejado llevar sin más, como una marioneta. He dejado que mis miedos me vencieran, que la tristeza me convirtiera en un guiñapo y que el "qué dirán" pudiera más que mis convicciones. Estoy cansada de fingir, de no hacer lo que realmente siento que quiero hacer, de no dejarme llevar, de someterme a reglas estúpidas de comportamiento, de callarme la boca ante la evidencia... de no ser libre. He sido extremadamente idiota al no aprovechar el tiempo y ser feliz de una buena vez (que falta me hace), y me he disculpado continuamente diciendo que estaba muy dolida por todo lo que me había sucedido.

Sí, es cierto. He tenido problemas. Problemas muy fuertes, para qué nos vamos a engañar. Pero esos problemas (toquemos madera) van quedando atrás, y ahora mismo siento que estoy en terreno neutral. Vale, mi ciudad es una caja de cerillas y no hay demasiadas opciones, pero a veces hay demasiadas cosas a nuestro alrededor que no nos atrevemos a descubrir, que están ahí pero no las vemos. Yo tengo ganas de vivir nuevas experiencias, de no pensar tanto las cosas antes de hacerlas, de arrepentirme por haber cometido cualquier estupidez, de VIVIR. De vivir de una vez, de reir, de dejar en el pasado todo lo que ha sucedido, de aparcar las penas y ser yo misma. Siento que tengo mucho que ofrecer, pero aún no sé muy bien cómo empezar esta nueva aventura. Sólo espero que la vida esté de mi lado y me dé la oportunidad de hacer esto, de romper con todo y gritarle al mundo entero que aquí estoy yo, y que tengo miles de cosas que contar... y que hacer.