“En la oscuridad puedo colgar en las paredes de mi mente lienzos de colores, en la soledad puedo ver quién soy bajo la piel"
Beatriz y los cuerpos celestes

domingo, 30 de octubre de 2011

Cosmos perfecto

El redondel de plata envejecida y  una estrella de cuarzo que dormita sobre el manto de terciopelo negro. Esferas coloreadas y chispeantes que veneran al Fuego creador, al astro rey, al todopoderoso Sol. Satélites, asteroides y galaxias que pululan a lo lejos, etéreos, presos de la gravedad. Y luego, en la parte superior, pequeños fragmentos de diamante que, cansado de su consistencia dura e incorruptible, estalló. Lágrimas que con su estela resplandeciente acogen deseos e ilusiones. 



sábado, 22 de octubre de 2011

Algunas cosas sobre mí

1.- No me gusta nada madrugar, pero sé que es necesario para aprovechar bien el día.
2.-Me encanta levantarme tarde los fines de semana.
3.- Una de mis mayores aficiones es navegar por internet. Me parece una fuente de información que, si se usa de forma correcta, puede llegar a ser muy, muy útil.
4.-Soy bastante ordenada, pero sin llegar a ser maniática.
5.-Tengo una memoria de pez-globo espantosa que en más de una ocasión me ha traído un problema...
6.-Me encanta el mar. No sé cómo podría vivir en una ciudad que no lo tuviera, porque es indispensable para mí.
7.-Me gusta muchísimo el cine. Mis películas favoritas son las románticas, pero jamás rechazaré una buena película de acción o misterio. Algunas películas españolas también me gustan, sobre todo las que están basadas en acontecimientos históricos o me hacen reflexionar. Adoro Titanic y Un paseo para recordar, Los puentes de Madison, La vida es Bella, El club de los poetas muertos, Moulin Rouge...
8.-La lectura es otra de mis pasiones. Me encantan los libros que mezclan fantasía y realidad, los que narran acciones cotidianas. Me gustan mucho los de Federico Moccia, Lucía Etxebarría, Elvira Lindo... Uno que me marcó especialmente fue el Diario de Ana Frank; duro pero inolvidable.
9.-Como a todo el mundo, me encanta la música. Crecí escuchando de todo un poco: The Dire Straits, The Beatles, Rod Stewart, Phil Collins, flamenco, ópera, clásica, copla, zarzuela y pop. Me considero incondicional de La Oreja de Van Gogh -sin caer en el más extremo fanatismo- y escucho con frecuencia a James Blunt, Amaral, Laura Pausini...
10.- Tengo un poco de claustrofobia.
11.-Si pudiera viajar a donde yo quisiera, al primer lugar al que iría sería a Italia, la cuna del Renacimiento. Londres también me atrae muchísimo.
12.- Me gusta mucho escribir. He compuesto varios poemas y gané dos años consecutivos el segundo premio del certamen literario de mi instituto. Tan sólo he escrito dos relatos, y me gustaría mucho escribir uno de misterio.
13.- Siento verdadera pasión por las bandas sonoras de películas. Entre mis favoritas está la de Moulin Rouge. Insuperable.
14.- Me encantan los idiomas. Empecé a estudiar inglés con cinco años y Francés con catorce. Me encantaría poder estudiarlos más a fondo y dominarlos. Me parece increíble el trabajo de los Intérpretes y Traductores, y reconozco que me gustaría convertirme en uno de ellos si tuviera un nivel base para estudiar la carrera.
15.- Soy adicta a las redes sociales: Tuenti, Facebook y Twitter. Eso sí, es necesario hacer buen uso de ellas y no publicar contenidos demasiado personales... ¡hay gente que se aprovecha de las vidas de los demás!
16.- Mi estación favorita es la primavera. No me gusta el frío.
17.- Soy un poco golosa.
18.- Tiendo a cantar en la ducha... al menos, allí nadie me oye :P
19.-Me encanta disfrazarme, creo que es una forma original de adquirir la personalidad de nuestros personajes ficticios favoritos. Cambiar de vez en cuando no está mal ;)
 20.- Me gustan las series de televisión que tengan un buen trasfondo histórico. Aunque para muchos sea un simple culebrón, me encanta "La Señora". Creo que es una de las mejores series españolas que se han hecho en mucho tiempo. También sigo Águila Roja, República y Cuéntame.
21.-Soy extremadamente romántica. Todo lo relacionado con el amor, en todas sus vertientes, me atrae muchísimo.
22.- Tras esta fachada de chica fría, seria y responsable, se esconde una muchacha de diecisiete años (demasiado) sensible a la que le gusta mucho decir (y hacer) tonterías ocasionalmente y ayudar a los demás.
23.- Me cuesta mucho confiar en la gente. Para ello, necesito tiempo y demostraciones de cariño y amistad.
24.-Las dos cualidades que más valoro en una persona son la lealtad y la honestidad.
25.-No soporto a las personas falsas y envidiosas.
26.-La superficialidad está vetada para mí. Mira en el interior de los demás, y descubrirás miles de cosas.
27.-Soy un poco negativa. Quizás lo que me ocurre es que en muchas ocasiones he sido positiva, me he hecho ilusiones y me he estampado contra la realidad.
28.-Me gusta mucho seguir a vloggers de Youtube y también a gente que escribe sus Blogs personales.
29.-Reconozco que en Almería se vive muy bien, pero me apetece descubrir lugares nuevos.
30.-Mi mejor arma contra las personas que me hacen algo que me disgusta (premeditadamente) es la ironía. Aunque últimamente estoy aprendiendo que la ignorancia es la mejor actitud en estos casos.
31.-Dicen que soy demasiado madura para mi edad. No lo niego... Me ha tocado aprender a madurar y a tomar decisiones importantes demasiado pronto.
32.-La parte de una persona que más me gustan son los ojos. Siempre. Palabra.
33.- Mi vida sería mucho más feliz si pudiera levantarme una horita más tarde todos los días.
34.-Soy probablemente una de las personas más patosas que existen sobre la faz de la Tierra. Se me da fatal el deporte y los juegos en general...
35.- Me gusta la Navidad, pero creo que en los últimos años se ha ido desvirtuando muchísimo. Hemos olvidado el verdadero espíritu de esta celebración y el motivo por el que se hace. No entiendo a los ateos que la celebran. El consumismo, una vez más, mueve montañas.
36.-Uno de mis mayores placeres es leer artículos de Arturo Pérez Reverte.Me gusta su estilo claro y rotundo. Pocas bocas han hablado con tanta claridad sobre una realidad tan mezquina.
37.- Me encanta Elvira Lindo. De pequeña devoraba los libros de Manolito Gafotas (aún hoy lo hago) y leo sus artículos asiduamente.
38.-Me gusta cocinar de vez en cuando.
39.-Uno de mis mayores logros es aprender de mis errores, que no han sido pocos. Es una de las pocas cosas buenas que pueden sacarse de una mala experiencia.
40.-Cuando algo o alguien no me gusta, o se lo digo en persona con mucho tacto, o me callo. No me gusta hablar mal de los demás, como tampoco me gusta que lo hagan conmigo.
41.-Uno de los puntales básicos de mi personalidad es que no me gusta hablar de aquellas personas, cosas o situaciones que desconozco. Detesto a la gente que habla sin saber.
42.-Me gusta mucho leer citas famosas y tratar de aplicarlas a mi vida.
43.-Me encanta la estética vintage.
44.-Soy un poco cabezota, pero ante hechos obvios, reconozco que me he equivocado.
45.-Tengo mucho carácter, y estoy tratando de remediarlo. Es bueno distinguir los problemas insignificantes de los que son verdaderamente importantes.
46.-Tengo la firme convicción de que el amor mueve el mundo. Amor entre un hombre y una mujer, dos mujeres, dos hombres, una madre y su hijo, un abuelo y su nieto, amigos... El amor en todas sus vertientes es el arma más poderosa que podemos utilizar.
47.-Me encanta ayudar a quienes lo necesitan sin esperar nada a cambio.
48.-Creo que soy buena para escuchar a los demás y dar consejos... consejos que no suelo aplicarme a mí misma. "Consejos vendo, y para mí no tengo".
49.-Soy creyente, pero creo más en la filosofía predicada por Jesús que en la Iglesia como institución, y estoy a favor del movimiento 15-M, aunque muchos lo tachen de utópico e inútil.
50.- Todo esto que escrito no es por casualidad. No me canso de aprender cosas nuevas y de reconocer mis errores. Me gusta luchar por lo que quiero, y creo que el esfuerzo es la clave del éxito.







viernes, 7 de octubre de 2011

Los chicos de Donosti

"Llega tarde el 28 y nerviosa, miro el reloj.
 La lluvia conmigo empieza un día

de pleno sol..."

Estrofas como la anterior se repetían en la radio con cierta frecuencia, y no era para menos. Era el año 1999, y una niña de cinco años cantaba a pleno pulmón en la cocina las canciones de "La Oreja de Van Gogh": "Cuídate", "El 28", "Vestido azul", "Dile al sol"... Sus letras envolventes y la música de aquel grupo la transportaban a un estado de alegría que la llevaba a comenzar a cantar sin importarle las circunstancias en las que se encontrara: en el bus de camino a casa, en una tienda, de viaje -camino a su pueblo-, o dibujando en la mesa de la cocina.



Pasó el tiempo, y la niña creció con aquella alegoría -ideada por ella, a modo de tributo a su grupo favorito- de la chica de la estación del 28, que rompía su vestido azul y le decía al sol que la hiciera volar, que esperaba un ramo de rosas puntualmente cada viernes y que no le tenía miedo al fuego eterno (tampoco a sus cuentos amargos, por supuesto). Verdaderamente, la niña admiraba a "La Oreja de Van Gogh". Coleccionaba sus pósters y los colocaba debajo del cristal de su mesa de estudio para que su grupo favorito "la animara" a hacer sus deberes. Escribía las letras de sus canciones en un cuaderno, y saturaba el buscador de Youtube de antiguas maquetas de los chicos de Donosti que gustosamente incorporaba a su repertorio "orejero". Leía incansablemente en diversas páginas la historia del grupo: cómo se conocieron, los inicios de los "Sin nombre", la llegada de Amaia Montero y el éxito inesperado de los años posteriores. Todo lo relacionado con el grupo le llamaba inmensamente la atención.



Tiempo después, las letras de "Rosas", "Puedes contar conmigo" o "Deseos de cosas imposibles" comenzaron a cobrar un significado que iba más allá del indescriptible placer que la chica experimentaba al escuchar la "poesía musical" de la Oreja. Aquellas canciones -entre otras muchas- la acompañaron durante algunas noches en las que ella, buscando consuelo tras un prematuro desengaño amoroso, encendía el mp4 y se reencontraba con los cinco, aquellos cinco que valiéndose de un teclado, una guitarra, un bajo, una batería, una buena voz y mucho sentimiento velaban sus sueños y le hacían sentirse mejor.




Una mañana (parecida a aquélla del 99), la muchacha encendió la radio y recibió con tristeza la noticia de que la vocalista del grupo había decidido iniciar su camino en solitario. Extrañada, entró en diversos foros para verificar la noticia. Sí, era cierto. Ella se iba con la música a otra parte, dejando en la memoria musical de muchísimas personas un recuerdo imborrable. Se llevaba con ella  aquella voz tan particular que tanto le gustaba a Mar, y no había más que hacer. La chica temió por el futuro del grupo; pensó que con la salida de Amaia todo terminaría.


 Sin embargo, "La Oreja de Van Gogh" volvió a resurgir de sus cenizas, y lo hizo con más fuerza que nunca. Era el verano del 2008, y una joven de pelo claro y mirada arrebatadora cantaba en su presentación como nueva vocalista del grupo acompañada por un emocionado Xabi. Se llamaba Leire, -la princesa Leire-, y tenía una voz increíble. Cantaba con dulzura, imprimiendo una fuerza desbordante a las letras de sus nuevos compañeros. Con el tiempo, supo hacerse con el cariño de los seguidores del grupo y aprendió a defender con todos los honores sus antiguas canciones. Del mismo modo, Leire supuso el inicio de la nueva etapa de "La Oreja de Van Gogh"; una etapa en la que el grupo estaba dispuesto a mejorar y a introducir progresivamente innovaciones que quizás no serían del agrado de todos. Sin embargo, fueron valientes y, contra todo pronóstico, nos citaron a las cinco en el Astoria y volvieron a hacernos soñar como sólo ellos saben hacerlo. Mar estaba encantada: los chicos habían vuelto. Había Oreja para rato.



Poco después, anunciaron orgullosos la presentación de su nuevo disco recopilatorio. Visitamos su casa a la izquierda del tiempo, y nuestros corazones aprendieron a estar tranquilos. Los clásicos del grupo volvían con un toque romántico, acompañados por la orquesta de Bratislava y con la magnífica voz de Leire. Mar no pudo contener las lágrimas al escuchar las nuevas versiones de "Deseos de cosas imposibles" y "La Playa", su canción favorita, aquella que tanto significaba para ella. Recibió el disco en la mañana de Reyes del 2010. Era su único regalo, y le hizo más ilusión que cualquier otra cosa en el mundo.



Tras la gira y un largo periodo de ausencia, el grupo "twitteó" noticias bastante reveladoras: pronto grabarían un nuevo disco. Mar lo esperaba con impaciencia, como siempre había hecho. Lo esperaba con tanta ilusión como aquel recopilatorio de Grandes Éxitos que encontró casualmente una tarde en Carrefour. Por fín los chicos regresarían, y ello la hacía feliz. De hecho, era una de las pocas cosas que la hacían feliz. Estaba pasando por un momento personal bastante delicado, y sus canciones eran de las pocas cosas que la hacían sonreír.


Sábado, 16 de julio del 2011. Sí, era el día esperado. Mar se levantó, pero no estaba contenta pese a ser el día elegido para la presentación del nuevo single del grupo. Su abuela estaba en el hospital. Además, era el cumpleaños de su padre, que estaba cuidándola y no podría celebrarlo con su familia. Sin embargo, Mar encendió la radio, y justo en ese momento, la voz de Leire dio inicio a la reproducción del single en los 40 principales. Mar lloró. Se sentía un poco tonta, pero lo hizo. De hecho, se sintió como aquella niña llorona de la canción que tenía la estrella Polar a sus pies. Twitteó al grupo para felicitarles por el éxito que estaba generando el single sin esperanzas de ser respondida. Salió de casa, y al volver, se encontró con un mensaje de ellos que la llenó de esperanza en un día tan triste para ella. Un gesto tan sencillo con aquél consiguió dibujar una sonrisa en su cara.



Y ahora, -octubre del 2011-, Mar no tiene el nuevo disco en sus manos (Cometas por el cielo) porque la economía familiar no admite hoy por hoy ni una pequeña excepción, pero el amigo Spotify se ha encargado de presentarle las nuevas creaciones de su grupo favorito mientras los Reyes Magos barajan la posibilidad de regalarle el CD de una vez por todas. Mar ha vuelto a llorar, a reír y a soñar, y sólo tiene una palabra para acoger tantos sentimientos encontrados: gracias.

Y esa chica, Mar, -que por si no se habían dado cuenta no es otra que una servidora-, seguirá siendo fiel a su grupo pase lo que pase. Sabe que son chicos auténticos a los que no se les ha subido la fama; que se mantienen con los pies en la tierra y les gusta sentirse cercanos a sus fans. No pretendo mitificarles, -y miren que me cuesta evaluar sus canciones de forma objetiva-, pero tengo muchos motivos para creer que conforman uno de los mejores grupos del panorama musical español. 



"La Oreja de Van Gogh" es capaz de erizarte la piel con un alarde de energía instalada a escondidas entre verso y verso, pero también puede conseguir que una lágrima perezosa se atreva a empaparte la cara. Sabe hacerte reflexionar sobre temas muy delicados, porque tiene la habilidad de tratar con  profundo respeto asuntos de plena actualidad que a muchos les duele recordar. Y, sobre todo, La Oreja de Van Gogh sabe hacerte soñar con un mundo mejor, con un paseo por Manhattan, con el reencuentro de una pareja de enamorados en una playa e incluso con la mismísima Bruja Avería. "La Oreja" sabe hablar de ilusiones, de noches en vela y  de amores dormidos.

Y es que, mientras quede por decir una palabra, yo mantendré la esperanza debida de poder tomarnos aquel café que espero a veces... sin entender por qué. 

Gracias, "Oreja". Gracias por todo.



sábado, 1 de octubre de 2011

"Un reflejo de tí..."



Mientras quede algún secreto entre nosotros,
mientras quede algún beso antes de ir a dormir,
mientras tengas dos cepillos en el vaso, 
compañero, queda mucho por vivir.


LOVG (Mientras quede por decir una palabra)

Susurros

Recomponer los pedazos rotos de una vida lineal no es fácil. Se me da genial el dramatismo, y no soporto las esperas. El disco rayado llegará a romperse, y cuando todo acabe "y el silencio hable", las ramas de los árboles volverán a agitarse con el viento, señal inequívoca de que toda materia viva necesita un aliciente para seguir adelante. Yo aún estoy buscando el mío, pero mientras lo encuentro y no lo encuentro, me dedico a "romper versos" e incumplir promesas que me hice a mi misma; fantasía y desvelos me arrullan cada noche.


La mariposa



Cuando Ana era pequeña, su madre le leía un cuento cada noche antes de dormir. La pequeña la escuchaba atentamente, sin inmutarse, hasta que el sueño la vencía. Una noche, la madre le contó un cuento diferente; narraba la historia de una princesa encerrada en un castillo cuya única ocupación era observar las mariposas que en los días de primavera volaban presurosas hasta su torre. La princesa dejaba que se posaran sobre sus dedos, contemplaba sus bellos colores y luego las dejaba marchar. Por cada mariposa que la visitaba, ella pedía un deseo. Luego, les encargaba a cada una de ellas que volaran alto, muy alto, para que con su volar incesante esparcieran sus ilusiones allá donde ella no podía ir. Durante el invierno, mientras la princesa esperaba la llegada de la primavera, se dedicaba a pintar lienzos en los que plasmaba vibrantes colores, aquellos colores que había visto en las mariposas. Tan sólo deseaba poder salir de su encierro y ser libre para siempre. Sin embargo, el día de su liberación no estaba cerca. El reino, influenciado por la perfidia de una vieja hechicera, creía que la princesa estaba maldita y les traería desgracias a todos cuantos la rodeaban, de ahí que la encerraran en aquel lugar a los pocos días de nacer, recibendo únicamente las atenciones de una doncella.

La princesa creció, y continuó sus habituales encuentros con las mariposas. Una noche, cansada de esperar una liberación que nunca llegaba, decidió trepar por la torre y escapar. Descendió por el muro y, con cierta torpeza, llegó a la parte inferior del lugar donde tantos años estuvo presa. Comenzó a correr hasta llegar a un arroyo, pero los guardias reales no tardaron en alcanzarla y devolverla a la torre. La princesa no quería seguir viviendo; todos sus intentos de huída eran en vano. Jamás podría alcanzar la libertad con la que tanto soñaba. Comenzó a llorar amargamente, y tan desgarrador fue su llanto, que se desvaneció sobre el marmóreo suelo del torreón. 

A la mañana siguiente, la doncella fue a atenderla como de costumbre, pero no la halló en sus aposentos. Rápidamente, abrió la ventana, y justo antes de alertar a los guardias, sintió un leve cosquilleo sobre su mano derecha. Una bellísima mariposa de vivos colores se había posado sobre ella. La doncella alzó la mano y la dejó escapar. La mariposa volaba, libre al fín, mientras miles de mariposas más la acompañaban. Sabían que el encierro había llegado a su fin, que la princesa era libre, y que a partir de ese mismo instante, podría volar libremente sin que nadie se lo impidiera nunca más.

Ana quedó tan maravillada con el cuento de su madre, que a la mañana siguiente se decidió a escribirlo en su cuaderno para no olvidarlo jamás. Y, desde entonces, cada vez que se sentía triste, recordaba a aquella mariposa que quizás, a pesar de los siglos, seguía revoloteando por las praderas y lagunas, libre al fín.