“En la oscuridad puedo colgar en las paredes de mi mente lienzos de colores, en la soledad puedo ver quién soy bajo la piel"
Beatriz y los cuerpos celestes

martes, 23 de agosto de 2011

Desvaríos


A veces, la necesidad de escapar nos lleva a cometer actos incoherentes. Yo me conformo con algún que otro momento de felicidad, y que el futuro no me pille desprevenida. Las olas me susurran, me acarician. Unas veces me engañan (son demasiado fantasiosas), otras me animan a seguir. 

Que me dan ganas de escribir cosas extrañas,
eso es lo que me pasa.
Mi cabeza busca las palabras adecuadas,
 y no encuentra nada.
Me aturde esta sensación de desconocimiento,
 de apatía…
 ¿Dónde os escondéis? Sé que estáis ahí…
sé que tan solo no queréis aparecer.
Resurgid de las cenizas, haced acto de presencia.
No os evaporéis por la apatía y el cinismo de todo cuanto os rodea.
 ¡Me hacéis tanta falta!
Mis manos se despojan de lo material
y buscan sin resultado un ápice de lo divino.
Mis gélidos dedos tiemblan sobre el papel,
confusos,  inciertos.
Nada, nada es eterno…
¡Lo eterno no tiene sentido!
Aunque estos pensamientos me hagan perder la cordura
y me atreva a hacer una melodía con mis latidos…
todo es efímero,
todo es frágil cristal con apariencia de acero,
todo es nada
si yo no te escribo.

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