A la mezquindad y la hipocresía,
con fingido aprecio.
Esa lengua que te pierde,
por la que sueltas borderías,
esa lengua que corrompe,
que ventila tonterías.
Esa lengua viperina
que disfraza y clasifica,
que amenaza y destruye,
que perdona y no olvida.
Esa lengua malhechora,
esa lengua y sus mentiras,
esa lengua que te muerdes
cuando lloras por las esquinas.
Esa lengua que ocultas
mediante la palabra escrita
para que lo vulgar de tu voz
no menosprecie lo que gritas.
Me encanta Mar, porque el mundo está lleno de hipócritas y de gente que si se mordiese la lengua se envenenaría y esta es una buena manera de expresarlo.
ResponderEliminarUn abrazo!
Quejica