Recomponer los pedazos rotos de una vida lineal no es fácil. Se me da genial el dramatismo, y no soporto las esperas. El disco rayado llegará a romperse, y cuando todo acabe "y el silencio hable", las ramas de los árboles volverán a agitarse con el viento, señal inequívoca de que toda materia viva necesita un aliciente para seguir adelante. Yo aún estoy buscando el mío, pero mientras lo encuentro y no lo encuentro, me dedico a "romper versos" e incumplir promesas que me hice a mi misma; fantasía y desvelos me arrullan cada noche.
No hay comentarios:
Publicar un comentario