“En la oscuridad puedo colgar en las paredes de mi mente lienzos de colores, en la soledad puedo ver quién soy bajo la piel"
Beatriz y los cuerpos celestes

domingo, 21 de agosto de 2011

Esa democracia que nos vendieron


Debido al panorama tan sumamente caótico que tenemos en España en el plano político, social y económico, no es de extrañar que un grupo (bastante numeroso, por cierto) de ciudadanos se echara a las calles para reivindicar sus derechos y poner la primera piedra para construir una democracia real hace pocos meses. Eran jóvenes en su mayoría, preocupados por su futuro laboral, pero había gente de todas las edades. Practicamente todas las ciudades españolas se sumaron a esta protesta. Las manifestaciones se sucedieron una tras otra, y por primera vez en mucho tiempo, los españoles despertaron de su letargo y comenzaron a luchar por el reconocimiento de sus derechos, derechos que han sido vulnerados en muchos casos debido a la la ceguera de algunos y a la estupidez de muchos. 

Los medios de comunicación dieron una imagen distorsionada de este movimiento. Mostraron un ambiente muy diferente al que realmente existía en la Puerta del Sol y en los puntos más emblemáticos de ciertas ciudades donde los "Indignados" estaban congregados. Muchos llegaron a creer que se trataba de grupos de "hippies-perroflautas" sin oficio ni beneficio, que se reunían para protestar sin más, "infestando" las calles y dando una mala imagen a los paseantes. Y ese, no es ni de lejos el verdadero espíritu del 15-M.



Para alcanzar una democracia real todavía nos queda un camino muy largo por recorrer. En este país hace falta más concienciación social y menos amparo en nuestros gobernantes. Es el pueblo el que debe decidir, el que tiene derecho a proponer un modo de vida justo e igualitario. Veo a señores enriqueciéndose a costa de los demás y a familias en paro, haciendo verdaderos malabares para llegar a final de mes. Esta no es la democracia en la que yo creo, la democracia que yo quisiera para mí y para las futuras generaciones. Esta es una falsa democracia en la que se aplica la ley del más fuerte, en la que no existe ningún tipo de compasión por parte de los altos cargos mientras los más desfavorecidos sufren las consecuencias de su avaricia.


El 15-M no pretende cambiar el mundo, ni mucho menos. Pretende que los ciudadanos tomen parte en la política de este país. Pero que se trate de una política real, no de este teatro en el que se ha convertido este país, en el que los ciudadanos de clase media-baja actúan como marionetas mientras los gobernantes mueven sus hilos a su antojo.

Queda mucho por hacer, es cierto. No hemos aprendido de nuestra historia, y por ello, estamos condenados a repetirla. El poder económico se impone lentamente al político, porque el ciudadano de a pie tiene miedo. Y es precisamente ese miedo el que le llevará a confiar en un Gobierno fraudulento que promete grandes reformas y que, finalmente, nos dejará en la estacada.

Quizás he sido demasiado audaz al escribir estas palabras, pero es lo que creo y lo que siento. No soporto ver desigualdades a mi alrededor. No quiero este futuro ni para mí ni para nadie. Cambiar esta situación es cosa de todos, no de unos pocos. Es una tarea común.




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@democraciareal





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