
Y también...
Prueba a cambiar de sitio (aunque sea levemente) algunos elementos de tu habitación, y ten siempre a la vista las cosas que más te gusten y que mejores recuerdos te traigan.
Escribe una frase "con mensaje filosófico" en tu agenda para tenerla presente durante todo el día.
Aprovecha ese ratito en que vas a estar solo en casa para poner esa canción que tanto te gusta y darlo todo frente al espejo.
Coge esas revistas que llevan tanto tiempo amontonadas en el trastero, haz varios recortes y crea un bonito collage para alegrar tu escritorio.
Dale un abrazo bien fuerte a las personas a las que realmente quieres, tú lo necesitas y probablemente ellas también.
Ponte tu mejor música durante el trayecto en autobús o metro para hacerlo más ameno.
Juega con tus primitos pequeños siempre que tengas la oportunidad de hacerlo; los niños transmiten una ternura e inocencia difíciles de encontrar en el "reino" de los adultos.
Olvídate por un día de los kilos de más y date ese pequeño capricho en el que tanto tiempo llevas pensando. Túmbate cómodamente en el sofá con una mantita y disfruta de tu serie preferida.
Ponle a tus padres la música que más les guste mientras comen; les alegrará el día.
Pisa ese charco gigante que te está tentando desde que doblaste la esquina paraguas en mano (siempre que lleves impermeable y botas, por supuesto, ¡no vayas a pillar un resfriado!).
¿Tienes una alfombra de considerables dimensiones en casa? Vuelve a tu infancia y túmbate cómodamente sobre ella, como cuando jugabas a construir edificios con Legos.
Utiliza como fondo de escritorio la imagen de un sitio que te encantaría visitar y no dejes de soñar con eso.
Busca ese monólogo en Youtube que tantas veces ha conseguido que te mueras de risa.
... Y miles de cosas más que dependen de tí.
No dejes que la rutina pueda contigo. Siempre puedes hacer esas pequeñas cosas que le darán un toque diferente a tu día. Sé optimista, porque la vida es demasiado corta como para invertir un tercio de ella preocupándote por aquellas cosas que crees que saldrán mal. ¡No merece la pena!
Que tengas un buen día. Te aseguro que, a pesar de todo, es posible. Aún no sabes la cantidad de cosas que eres capaz de hacer.
:)
Gracias por recordárnoslo, tendemos a olvidarnos y a caer en el pesimismo con demasiada frecuencia... Yo tenía una de esas alfombras gigantes, siempre iba descalza por la salita y siempre estaba tirada en el suelo haciendo el tonto, que pena que se perdiera!
ResponderEliminarbesos!
Daría lo que fuera por tener una de ésas, me encantan! Un beso :)
EliminarCierto que uno puede romper con la rutina aun llevando una vida rutinaria con esos pequeños cambios y actitudes. Pero, a decir verdad, me quedo con el primer mensaje, la rutina no tiene por qué ser gris. Si a uno le gusta lo que hace y lo pasa bien en su rato de ocio, ¿qué más se puede pedir?
ResponderEliminarTienes razón. El problema surge cuando no te gusta especialmente lo que haces, y por eso tienes que encontrar ciertos alicientes que te hagan más ameno el día a día :) besos!
EliminarPara mí una de las mejores sensaciones es lo que sientes cuando haces cosas por primera vez, así que es una buena idea descubrir nuevas cosas para salir de la rutina ^^
ResponderEliminarClaro que sí :) Un beso!
EliminarMe ha gustado mucho esta entrada Mar. Hay una frase que dice "si algo puede salir mal saldrá mal", pero no es cierto, la verdad es que "si algo puede salir bien, saldrá bien". Por cierto, con lo de los primos pequeños, a ver...son una monada pero a la media hora me tienen agotada xd! Biquiños!
ResponderEliminarMe quedo con la segunda frase, es muy cierta. Y en cuanto a los primos pequeños, sí que es cierto que agotan, pero me encantan los peques :P
EliminarUn beso!
A mí me cambia el día cuando ordeno las cosas... aunque ya estén ordenadas... me da una sensación de tranquilidad indescriptible.
ResponderEliminarBesos!
Me ocurre lo mismo, me da mucha paz.
EliminarUn beso!