“En la oscuridad puedo colgar en las paredes de mi mente lienzos de colores, en la soledad puedo ver quién soy bajo la piel"
Beatriz y los cuerpos celestes

domingo, 26 de mayo de 2013

Los dilemas universitarios de Mar. First part.

Warning: Preparáos física y emocionalmente para lo que váis a leer, porque os aviso de que se trata de un testimonio real muy dramático. Comencemos.

Cuando te metes en una carrera y después de un tiempo decides que no te gusta, tienes un problema. Y si encima tienes la mala suerte de parecerte a cierta individua de diecinueve años con gafas que se calienta la cabeza hasta por cosas tan irrelevantes como los ruidos extraños que hace la nevera al autodescongelarse, tienes un problema aún mayor. Sí, amigos, lo reconozco: la he liado. Mucho. O me han liado, todavía no lo sé a ciencia cierta. El caso es que ocho meses después de empezar Estudios Ingleses, he llegado a la triste y desalentadora conclusión de que no me gusta. Rectifico: no es que no me guste la carrera, es que no me gusta el plan de estudios de mi universidad. En realidad, hay muchos mitos y tópicos alrededor de Estudios Ingleses, lo mismo que sucede con otras titulaciones.



Escalofriante autorretrato


Mito nª 1: Todas las asignaturas se dan en inglés.

Mentira. Mentira, mentira, mentira. Al menos, no es así en mi universidad. Dimos dos asignaturas en inglés en el primer cuatrimestre, y sólo una en el segundo. Osease, tres asignaturas en inglés de un total de diez. I wanna cry.

Mito nº 2: ¿La única salida profesional? ¡La docencia!

Otra gran y sucia mentira. Que sí, es cierto que la opción más habitual es sacarse el máster de educación, prepararte las oposiciones y, con mucha, mucha, muchísima suerte, conseguir una plaza de profesor en un instituto. Pero esta no es la opción que yo quiero. No la descarto, porque nunca sabes cuántas vueltas puede dar tu vida... ni qué terminarás haciendo. Pero no me veo así, no es lo que yo quiero.

Mito nº 3: Tu nivel de inglés aumenta considerablemente desde el primer curso.

En este punto sí que me dan realmente ganas de llorar. Mi plan de estudios incluye MILES de asignaturas de español en el primer año: Literatura española del Siglo de Oro, Lingüística española, Ortografía española... ¿La explicación que nos dan? "Es por si decidís dar clases de español en el extranjero". ¿Y para eso es necesario mimetizar nuestra carrera con la de Hispánica? Seriously? Pourquoi? ¿P-por qué?


Y claro, yo, que soy una drama-queen, me vengo abajo cuando me pongo a pensar en lo que estoy estudiando:

"¿Pero qué demonios estoy haciendo con mi vida?"

 "Esta carrera no me gusta, voy a meterme en la página de la universidad para buscar otras opciones".

(30 minutos después, al borde del llanto)


"No encuentro ninguna carrera que me guste, no tengo ninguna vocación, no sé qué hacer, no quiero seguir en inglés no quierjhskhgrjg<jkg buaaaaaaaaaaaaa"
Y así todos los días. También hay momentos en los que me auto-motivo y me vengo arriba:

"Venga, que a lo mejor la carrera se pone interesante en segundo. Que sí, que primero ha sido un rollo, pero siempre dicen que los comienzos son difíciles. Además, si hablo con gente de otros cursos, seguro que me dicen que la cosa cambia"

(Hablando con gente de otros cursos):

-No tía, qué va. La carrera es y sigue siendo un peñazo también en segundo. A partir de tercero cambia un poco, pero tampoco es una maravilla.

-Yo tengo una prima que la está estudiando en Málaga, y allí las cosas están mucho mejor, dan las asignaturas en inglés, hacen más prácticas...
-Uff, pues no sabes lo que te espera. Yo no es por desanimarte, (esta frase siempre me ha hecho mucha gracia en estos contextos)  pero si fuera tú, me cambiaba de carrera.

Y entonces, yo pongo mi típica cara Azuki, y digo "bueno... pues... ¡gracias!".



Así estoy, hecha un lío, cansada. ¿Pero por qué los del Plan Bolonia no se han estado quietecitos? ¡La licenciatura de Filología Inglesa era mucho mejor! Yo quiero estudiar algo que tenga que ver con el inglés, con la literatura inglesa, mejorar el speaking, ir al laboratorio de idiomas (si es que lo hay)... y no hacer trabajos sobre la comunicación de las aves y los monos y los signos de puntuación. Creo que sólo se salva Fonética, pero tampoco es lo suficientemente motivante. Tan sólo los videos de este hombre me motivan mínimamente. Después de todas las dudas que tuve el año pasado  y  de haber tomado supuestamente una buena decisión,  ahora siento que he dado un paso atrás.

¿Qué pasará? ¿Seguiré extorsionando vilmente a los de segundo para que me den información? ¿Seguiré en la carrera? ¿Me iré a Narnia a vender tomates? Lo sabremos en el próximo capítulo de esta intrigante, conmovedora y, sobre todo dramática historia llamada...

"Mar y sus dilemas universitarios".

¡No te la pierdas! (Yo lo haría, pero es que siempre he sido muy exigente con la lectura. Vosotros no lo seáis).   :D :D :D